Columna de Opinión de Marcelo Álvarez, TELAM.

En julio, legisladores de diversas fuerzas políticas llegaron a un acuerdo sobre las características que debe tener el proyecto de Ley de Generación Renovable Distribuida. Hoy la comisión de Emergía y Combustibles continuará con la discusión de la inciativa escuchando a otros actores del sector para que brinden su punto de vista. Sobre la importancia de la futura norma opinó para Télam Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER).

La Comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados de la Nación está discutiendo un proyecto de ley que elaboraron legisladores de diversas fuerzas políticas -oficialismo y oposición- que autoriza a los usuarios particulares a auto-generar energía limpia a través de paneles solares, aerogeneradores, turbinas hidroeléctricas, biodigestores, entre otros.

Una vez que esté aprobada en el Congreso y reglamentada por el Poder Ejecutivo, comercios, industrias y hogares particulares podrán vender los excedentes que obtengan durante las horas en que el equipo utilizado genere más energía de la que se está consumiendo. Lo que permite la ley que las distribuidoras de cada zona compensen en las facturas la diferencia económica que resulta del intercambio eléctrico.

Por estos días, todos los actores involucrados están aportando sugerencias al proyecto de ley, lo que marca el interés por desarrollar este interesante mercado: cooperativas, distribuidoras, grandes y pequeños usuarios, gobiernos provinciales, empresarios, proveedores de tecnología, entre otros, han planteado sus puntos de vista, enriqueciendo el debate.

Luego de más de un año de discusión, cabe destacar que hay consenso entre el sector privado, legisladores y el Ministerio de Energía y Minería para aprobar esta nueva ley que permitirá gradualmente un cambio en el paradigma de utilización de la energía eléctrica, acercando la generación al consumo.

En CADER creemos que la generación distribuida es el modelo más virtuoso para generar energía eléctrica, dado que reduce la emisión de gases de efecto invernadero, genera conciencia en los usuarios sobre el uso eficiente de la energía, desarrolla la cadena de valor en las economías regionales, genera empleo y diversifica la matriz aprovechando los recursos existentes en las provincias, además de reducir las pérdidas y costos de transporte de energía eléctrica.

Si bien valoramos, aportamos y acompañamos al proceso de expansión que está viviendo el mercado de gran escala gracias al lanzamiento del Programa “RenovAr”, estamos convencidos que al simultáneo de la construcción de las 59 grandes plantas adjudicadas en las subastas, resulta vital impulsar la generación de energía renovable en forma “distribuida” para que hogares, comercios e industrias comiencen a ser “prosumidores” de energía renovable.

Actualmente hay provincias como Santa Fe, Salta, San Luis, Neuquén (y otras) que están trabajando en forma independiente regulaciones sobre el tema, pero sería importante sancionar una ley en forma unánime por todas las fuerzas políticas a nivel nacional. Esto empujaría aún más el desarrollo del mercado, siempre y cuando las condiciones sean atractivas para los usuarios particulares, con tarifas convenientes y planes de financiamiento para la compra de equipos.

Es de vital importancia aplicar incentivos durante la reglamentación de la ley de manera que permita un eficaz desarrollo del mercado. En este sentido, habrá que seguir trabajando para favorecer la generación distribuida que excede a los usuarios pequeños, como pueden ser empresas, hogares y/o comercios, que no tienen escala para competir en grandes licitaciones.

Este segmento, requiere un nuevo marco regulatorio. Se hace referencia a un universo de consumidores, potenciales prosumidores de energías renovables: parques industriales, sistemas de bombeo de agua, poblaciones con redes eléctricas débiles por encontrarse cerca del extremo de las líneas, entre otros. Estas son aplicaciones claves para el desarrollo de las economías regionales y de pymes locales.

En tanto, la ley es de gran utilidad, pero por dichos motivos sería necesario renombrar el proyecto a los fines de incluir a este nicho de usuarios potencialmente prosumidores de energías renovables. En este sentido, desde nuestra institución hace largos años que venimos trabajando para que se establezca un marco regulatorio que permita un desarrollo virtuoso en el mercado, en línea con el colectivo de jugadores que forman parte de la Alianza para las Energías Renovables en Argentina (AERA).

Desde hace décadas el Estado Nacional subsidia las energías fósiles, generando una competencia desleal que demora el proceso de expansión de las energías eólica, solar, biomasa, biogás e hidroeléctrica. Así y todo, el mundo avanza en esta dirección a gran velocidad, por el grado de desarrollo tecnológico alcanzado, lo que motivó una gran reducción de los costos.

Es en este contexto que nuestra entidad viene desarrollando, coordinando y colaborando junto con legisladores nacionales de distintas fuerzas políticas – Cambiemos, FPV, Frente Renovador, Socialismo, UCR, Bloque PJ -, autoridades, y otras asociaciones del rubro, diversas reuniones para profundizar sobre aspectos técnicos, económicos y legales de la generación distribuida.

El proyecto que está discutiendo la Cámara de Diputados fue consensuado a lo largo del año por Juan Carlos Villalonga (Cambiemos), Luis Bardeggia (Frente Para la Victoria), Néstor Tomassi (Bloque Justicialista), Gustavo Bevilacqua, del bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina, y Jorge Taboada diputado de Chubut Somos Todos.

Hoy nuestro país se encuentra ante una oportunidad histórica: conquistar una ley que marcará un “antes y después” en la generación de energía eléctrica. Esperamos que la Comisión de Energía y Combustibles, avance en una reunión plenaria en conjunto con la de “Presupuesto y Hacienda”, para acelerar el tratamiento legislativo y su posterior ingreso al recinto.

Argentina tiene la obligación moral de diversificar la matriz eléctrica mediante energía renovable. Y si no lo hace por la “mera” responsabilidad ambiental, debe hacerlo porque es más barato, genera trabajo local y reduce la salida de divisas al exterior.

Recordemos que nuestra generación no ha heredado el planeta, solo lo tenemos en préstamo de nuestros hijos.

Marcelo Álvarez

(*) Presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER).