El Comité de Bioenergías de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) ha encargado la elaboración de un estudio técnico-económico que permitirá conocer las oportunidades y barreras que ofrece el desarrollo del biometano en el país.

El estudio está avanzando y se espera que las conclusiones aporten información a las autoridades para la elaboración de nuevos programas, tanto a nivel nacional como en las provincias que cuentan con gran potencial de desarrollo.

El biometano alcanza una composición y poder energético muy parecido al del gas natural, por lo que puede emplearse a los mismos fines:

• Transporte público con gas natural
• Transporte pesado con gas natural
• Sustitución de GLP en industrias y en actividades de cría de animales de granja: cerdos, pollos, entre otros.
• Reemplazo de Fuel Oíl y Gasoil en generación eléctrica.
• Desarrollo de inyección de biometano en ductos
• Red de transporte nacional
• Redes urbanas descentralizadas, por ejemplo, utilizadas por GLP
• Grandes Consumidores, por ejemplo, parques industriales.

En tanto, el Comité de Bioenergías de CADER entiende que esta tecnología puede ofrecer grandes ventajas económicas en el reemplazo de combustibles fósiles que el nuevo estudio permitirá conocer en detalle una vez concluido, en las próximas semanas.

Además, en Argentina las bioenergías constituyen una alternativa de industrialización de sectores de producción primaria, lo que genera desarrollo económico, social y ambiental en la zona que se emplazan los proyectos.

Un punto central para considerar es que este tipo de plantas se pueden instalar en cualquier parte del territorio argentino. Cabe recordar que el biogás puede producirse a partir de una gran variedad de sustratos biológicos, como residuos agrícolas (cultivos intermedios, estiércol, paja, etc), lodos en aguas residuales, desechos orgánicos domésticos e industriales, cultivos energéticos, entre otros.

A lo largo de la historia de la industria en nuestro país, se ha generado una importante base de conocimiento local para el sector de la biomasa seca y el biogás, que incluye a desarrolladores locales, tecnólogos, organismos de ciencia y tecnología, universidades, proveedores de insumos, sectores de financiamiento, distribuidores de energía, usuarios y las comunidades.
La vigencia de la Ley 27.191, sancionada en 2015, y su reglamentación, permitieron que el sector tenga un crecimiento considerable, generando inversión y desarrollo tecnológico nacional.

Tal es así que los proyectos que están en operación y construcción permiten validar las externalidades positivas que derraman sobre la economía regional y nacional.

Con una mayor inclusión del biometano en la matriz energética nacional, estaremos contribuyendo además en la reducción de emisiones de GEI a nivel nacional y global, como ya los están haciendo muchos países desarrollados y emergentes.