Un sistema energético debe ser fundamentalmente confiable, accesible y sustentable” | Entrevista con Frank Donnelly, VP Wärtsilä Power Plants para América.

Buenos Aires, julio de 2013.- De visita por primera vez en Buenos Aires para conocer las instalaciones de Wärtsilä en el país, Frank Donnelly, vicepresidente de la unidad de negocio Power Plants para Americas de la multinacional finlandesa, aprovechó también para interiorizarse de la realidad energética argentina. El directivo eligió una semana particular, dado que como resultado de la ola de frío polar, la demanda eléctrica alcanzó un nuevo record de 22.533 megawatt (Mw), según datos de Cammesa, la empresa mixta que administra el mercado eléctrico.

Donnelly destacó, en ese sentido,  que “un sistema energético debe ser fundamentalmente confiable, accesible y sustentable, esas son sus tres grandes fortalezas”. “De esas tres patas, la confiabilidad es la más importante”, agregó. Una de las grandes tendencias mundiales, a su entender, tiene que ver con la masificación de los equipos electrónicos, como microondas, televisores con pantallas gigantes, aire acondicionados y lavarropas. Su peso en la economía modificó también la curva de consumo energético.

“Se trata de equipamientos que forman parte de nuestra vida diaria, que provocan un aumento de la demanda de energía eléctrica. Son consumos cuya carga se dispara en algún momento de la jornada, temprano por la mañana o más tarde por la noche, generando nuevas necesidades en los sistemas energéticos”, explicó Donnelly. “Ya no se registra un sólo pico de consumo en el día, como sucedía en el pasado, sino que hay dos o hasta tres picos por día”, advirtió el directivo,  con más de 20 años de trayectoria en la industria eléctrica y actual  Presidente de la sucursal en Estados Unidos.

En la Argentina, por caso, la demanda de equipos de aire acondicionado puede representar, según estadísticas de Cammesa, hasta un 20% del total de la potencia del parque de generación. “Los sistemas energéticos se caracterizan ahora por su alta variabilidad. Existen distintos tipos de consumos residenciales y demandas industriales variables, de manera que la operación del despacho tiene nuevas necesidades”, afirmó Alberto Fernández, director para el Cono Sur de Wärtsilä Power Plants, quien recientemente asumió como Managing Director en Argentina.

Otro de los signos de época es la diversificación de la base de combustibles que alimentan las centrales de generación. La incorporación de parques eólicos y solares obligó a reestructurar el despacho de energía en Europa, precisó Donnelly. En tanto que Fernández agregó que en Latinoamérica, las centrales empezaron a quemar una combinación de combustibles líquidos y gaseosos para cubrir el aumento del consumo.

La Argentina es un ejemplo de ese fenómeno. El parque termoeléctrico requiere en la actualidad grandes cantidades de gasoil y fuel oil para producir energía; en especial en invierno, cuando hay menos gas disponible por el mayor consumo residencial. La semana pasada, la demanda de los usuarios domiciliarios trepó hasta los 104 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día) de gas, según números del Enargas, el ente regulador. La cifra representó el 70% del total del gas transportado en el sistema, por lo que las plantas térmicas se vieron obligadas a generar prácticamente en su totalidad con combustibles líquidos.

“Eso deja de manifiesto cuán importante es la flexibilidad del sistema. Es decir, la capacidad de producir con diferentes combustibles sin perder eficiencia. Lo que sucede en la Argentina se observa también en otras partes del mundo”, señaló Donnelly. “Por eso, es clave contar con unidades capaces de quemar varios combustibles en forma simultánea. La variable diferencial es cuán rápido puede reaccionar una tecnología cuando se mueve de un combustible a otro”, explicó el directivo.

Consolidada como uno de los grandes fabricantes de tecnologías para generación eléctrica del planeta, Wärtsilä se concentró en el desarrollo de motores “multifuel” capaces de utilizar una mayor variedad de combustibles (gas, gasoil, fuel oil, biocombustibles y aceites vegetales), arrancando y parando las veces que el sistema lo requiera sin impacto en su costo operativo , consumo y vida útil, en tanto que su ingeniería modular -que permite aumentar la potencia de la central incorporando durante la marcha unidades de alrededor de 20 Mw- evita la pérdida de eficiencia.

¿Cuáles son, desde su punto de vista, los desafíos que enfrenta en la actualidad la industria de generación eléctrica a nivel mundial?, preguntamos a Donnelly. 

El desafío siempre ha sido el mismo independientemente de dónde uno se encuentre y consiste en operar un sistema energético confiable, accesible y sustentable. Cuando a los ejecutivos de las empresas de generación se les pregunta cuáles son los elementos más importantes para sus sistemas, la confiabilidad es su primera respuesta. En segundo lugar, destacan que sea accesible, y en tercer lugar, que sea sustentable y ambientalmente viable. Lo complicado es combinar esos tres factores con la necesidad de abastecer la demanda eléctrica, que se guía por una dinámica cambiante. ¿Cómo garantizar el suministro del consumo? No es una respuesta tan simple. Lo central es tratar de obtener un sistema balanceado, al que nosotros denominamos generación de energía inteligente.

(www.smartpowergeneration.com)

¿Qué oportunidades tiene la Argentina para desarrollar su parque de generación de manera sustentable?

 Sobre este punto, la mayoría de las personas comenta el potencial del gas natural. De hecho, el gas se encuentra en la agenda de todas las reuniones a las que asisto, ya sea en la forma de gas no convencional o de LNG. Y por cierto, la Argentina cuenta con un tremendo porcentaje de las reservas no convencionales de gas, así lo indican varios estudios internacionales. De manera que el gas es una tendencia, dado  que existe una preocupación de índole mundial acerca del cambio climático global y el efecto que está teniendo. La pregunta, sin embargo, sigue siendo cuál es el balance ideal de cada sistema eléctrico, cuál es la forma inteligente de generar energía. En Estados Unidos, por ejemplo, donde antes predominaba un sistema de generación basado en carbón, hoy eso está cambiando, en gran medida debido a las preocupaciones relacionadas con el impacto del carbón en el  medioambiente. Y en este punto nos preguntamos ¿es el gas  la respuesta?, creo que parte de la respuesta se encuentra en las energías renovables, como la eólica, la solar y hasta la hidráulica aunque dependerá de cada caso en particular, lo más probable es que sea una combinación de todas las tecnologías en función de los requerimientos de cada país. Por ejemplo, las centrales de ciclo combinado que utilizan turbinas son muy interesantes si van a operar de forma ininterrumpida y estable, pero no lo son si tienen que estar maniobrando hacia arriba o abajo. Las renovables son interesantes pero algo debe cubrir la intermitencia porque ya sabemos que puede ocurrir que miles de megawatts pueden salirse del sistema de golpe. Entonces, toda fuente tiene su lugar por lo que el “smart system” del futuro deberá identificar cual es el espacio correcto para todas estas tecnologías. Pensamos que nuestra tecnología, que es flexible y con la capacidad de generar eficientemente es la que llena las brechas y optimiza verdaderamente al resto de los sistemas.

¿Qué medidas se deben instrumentar para consolidar un sistema de generación balanceado y flexible?

Lo primero es entender que debe existir una transición. No se salta de cero a un objetivo final. Es decir, si la meta es aspirar a tener energías renovables, no es posible lograr que toda la generación provenga de fuentes alternativas de un momento a otro. Se debe mantener la confiabilidad del sistema. En el caso de la Argentina, creo que avanzar hacia esa transición implicaría mejorar la flexibilidad del parque de generación instalando tecnologías multi-combustible, debido a que el país tiene la necesidad de poder utilizar, sin perder eficiencia, una base de distintos productos (gas, gasoil, fuel oil y hasta biodiesel). Las generadoras necesitan utilizar gas porque es lo más limpio, y en última instancia podría ser el más económico si se desarrollan adecuadamente los recursos de shale gas. Pero también deben poder producir simultáneamente  energía con combustibles líquidos, como respaldo. Esto se hace actualmente en California, Estados Unidos. Pienso que las tecnologías multifuel ocuparán un lugar importante en esa transición. Quizás dentro de 20 años exista una gran cantidad de gas disponible, por lo que tal vez no se necesite un respaldo, pero mientras tanto se precisa de centrales de generación flexibles que pueda cambiar con las demandas del mañana. En ese sentido, nuestra búsqueda del desarrollo apunta a lograr tecnologías de generación que sean lo suficientemente flexibles para satisfacer las exigencias actuales y al mismo tiempo, encarar el futuro con la misma eficiencia. Creemos que los motores de generación multi-combustibles pueden desempeñar este rol clave en la industria.

Acerca de Wärtsilä
Wärtsilä es líder mundial en soluciones de ciclo de vida completo para el mercado marítimo y energético, enfatizando en la innovación tecnológica y eficiencia total. Wärtsilä maximiza el rendimiento medioambiental y económico de las embarcaciones y plantas de generación de energía de sus clientes.

En 2012, las ventas netas de Wärtsilä alcanzaron 4.7 billones de Euros con aproximadamente 18.900 empleados. La compañía tiene operaciones en 170 ciudades en 70 países alrededor del mundo. Wärtsilä está listada en NASDAQ OMX Helsinki, Finlandia.

De izquierda a derecha: Alberto Fernández, Managing Director Wärtsilä Argentina, Frank Donnelly, VP Wärtsilä Power Plants Americas, Jean Paul Claisse, Director Regional UN Services, Diego del Pino, Sales Manager SAS.

 

De izq a derecha: Alberto Fernández, Managing Director Wärtsilä Argentina y Frank Donnelly, VP Wärtsilä Power Plants Americas.

 

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